Sara Naomi Lewkowicz trabajaba como freelance para un master en la universidad de Ohio y su proyecto fotográfico era sobre el estigma del ex convicto y sus problemas para integrarse en la sociedad.
Estaba cubriendo un festival en un pueblo cuando vio a Shane, un hombre de muchos tatuajes con una niña de bucles dorados en sus brazos. Esa imagen le llamó la atención y le pidió para sacarle fotos.
Tuvo tan buena conexión con Shane (31) su novia Maggie (19) y los dos hijos pequeños de ella, que les pidió para hacer fotos de todos en su vida cotidiana. Accedieron. Los hijos de Maggie son de otro padre, un soldado que estaba en ese momento sin poder salir de Afganistán. Maggie había conocido a Shane hacía solo un par de meses.
Una noche, Sara como tantas veces estaba fotografiándolos pero Maggie y Shane discutieron al punto de la violencia física. Shane atacó a Maggie, la tiró contra las sillas, la empujó contra la pared, la ahorcaba frente a su pequeña hija que lloraba. Naomi sacó fotos de todo eso y gracias a ese trabajo fotográfico es que ahora podemos ver internamente cómo es la violencia doméstica. Este es un delito “privado” que queda adentro de las paredes de donde sucede ya que es prácticamente imposible documentar algo así.
Muchas personas la juzgaron por no involucrarse en la pelea y ayudar a detenerla. Ella sabía que no iba a poder contra él porque físicamente era mucho más grande que ella, y su instinto hizo que documentara ese delito invisible para tantos. Tuvo la valentía y enfoque como para, en el medio de ese caos poder realizar su tarea de fotógrafa documental. Shane volvió a la cárcel y Maggie está tratando de reconstruir su vida con el padre de sus hijos. Sara continuó fotografiándola.
Este trabajo llamado ¨Fotógrafa como testigo: Un retrato de la violencia doméstica¨, ganó en el año 2014 uno de los premios del World Press Photo, Contemporary Issues, first prize stories.
