Fotógrafo autodidacta formado en arte y diseño, con especialización en los campos de gestión de color, preimpresión y procesos fotográficos alternativos. La experiencia dentro de la industria gráfica sumada a la pasión por la fotografía confluyen en una dedicación específica hacia los sistemas de reproducción Fine Art.
1 – ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la impresión fotográfica?
Entré en la impresión por la puerta lateral, que es la imprenta. Suele ser más poético pensar en un masterprinter como alguien que manipuló durante años líquidos en cubetas dentro de un cuarto de luz roja y olor a químico. Mi caso es muy distinto porque empecé ya en digital trabajando en diseño, pre-prensa y preparación de archivos (no solo fotografías) para offset. Mis primeras “copias” fueron impresas en grandes máquinas con tintas offset sobre papel coteado, y por cierto… a muy grandes cantidades. Después de años de imprimir en todas las tecnologías del medio local (serigrafía, laser, offset, inkjet, sublimación, etc) me empecé a especializar en las copias Giclée.
2 – ¿En qué trabajás? (para ganar dinero)
Soy impresor, o “copista” como me dicen algunos colegas. Docente universitario (FADU/LDCV/CLAEH). Y fotógrafo “freelance” en proyectos de fotografía de arquitectura e institucionales… de a ratos hago cámara para publicidad (en vías de abandonar)
3 – ¿Qué opinás de la fotografía hoy día en Uruguay?
Pasa por su mejor momento sin duda. Siendo Uruguayo siento como tantos esa necesidad “nostálgica” de pensar que todo lo pasado fue más digno, buscar en los archivos mentales alguna “época dorada”, donde habría que saber mucho del oficio para hacer unas sola buena toma, y sin duda que lo fue, pero hay otros aspectos que me dan a pensar que este tiempo actual es bastante más benévolo. En principio cuesta definir un cajón con la etiqueta “Fotografía Uruguaya”, hay fotógrafos extranjeros radicados acá trabajando y también muchos uruguayos trabajando con éxito fuera de nuestras fronteras. También integrando proyectos regionales, internacionales y co-producidos. Sin mencionar los tantos colegas que han estudiado en el exterior para posteriormente ejercer sus experiencias a nivel local. ¿Cual sería entonces esa verdadera Fotografía Uruguaya?.
Por otra parte en ciertos ámbitos intelectuales o “académicos”, algunos de los cuales participo, hablan de fotografía desde una única perspectiva, generalmente aquella de la tradición fotográfica Europea o Norteamericana de segunda mitad del siglo pasado (la época dorada de la fotografía documental humanista y el fotorreportaje), mientras que la diversificación profesional hace que la fotografía tenga aplicaciones sociales, culturales, científicas, artístico-plásticas, dentro de la industria del entretenimiento, de la publicidad, la moda, entre otros. Planteo esto porque la pregunta en seguida nos llevaria a pensar en el nivel de éxito de los pocos artistas que pueden solventar proyectos documentales u obras de exhibición en museos, publicaciones o fotolibros. Mientras que la fotografía mapea un universo mucho más vasto, por lo que reafirmo que es el mejor momento que ha visto la fotografía en cuanto a la magnitud y calidad que refleja. Tenemos, por así decirlo, grandes directores de foto en el cine, la publicidad, la moda, las ciencias aplicadas. A nivel técnico hay buenos postproductores, curadores, impresores, fotoperiodistas. Y por si fuera poco, algunos que otros artistas (irónicamente terminan siendo los mismos profesionales en ambos roles). Hay un auge en cuanto a cursos, talleres, laboratorios y especializaciones en cada una de las ramas de la fotografía, lo que favorece a que cada vez haya más gente haciendo, pensando y criticando.
4 – ¿Qué tipo de fotógrafos acuden a vos para imprimir?
De todo tipo. Estudiantes que empiezan a sentir curiosidad por ver en papel sus tomas, profesionales que trabajan con encargos, instituciones, museos y salas que necesitan exhibir o archivar obra y por último una incipiente cantidad de fotógrafos que se han animado a promocionar la venta de sus fotos y por ende necesitan que sus copias sigan altos estándares de calidad y preservación.
5 – Contanos de algún trabajo fotográfico del que te haya gustado formar parte.
Desde hace un par de años estamos trabajando junto a Martín Herrera en investigación sobre procesos alternativos de copiado químico por contacto y generación de negativos digitales (o inter-negativos) para copias de Platinotipia. Es un proyecto muy interesante que hecha luz a algunas técnicas aún no exploradas en el medio local. Además tengo el placer de trabajar con un gran amigo, que hace más placentero el proyecto.
6 – ¿Sacás fotos?
Me gusta decir que hago fotos. Y si que hago, profesionalmente para encargos, otras veces parte de investigaciones en impresión y cada tanto por el mero placer de la captura. Actualmente estoy en proceso de un proyecto autoral en el marco de un laboratorio dirigido por Diego Vidart y Pablo Guidali. Pocas veces salgo delante de una cámara (como casi todos los fotógrafos) y nunca llevo mi cámara a los eventos familiares.
7 – ¿Cómo ves la producción de fotolibros independientes en nuestro país?
En general son iniciativas muy valorables. Mucho esfuerzo, y ganas, pero hace falta más que solo iniciativa para lograr buenas piezas editoriales. Mi experiencia en gráfica y después de años dentro de imprenta indica que un libro, por más que sea independiente o de una gran editorial, supone una gran cantidad de trabajo diversificado. Para esto es importante generar equipos de conocimiento aplicado, el fotógrafo no debería editar, diseñar, imprimir, promocionar y vender su libro. Claro que puede y de hecho lo hace, el DIY (ej: Blurb) está muy de moda por ser más económico y eficiente que un equipo multidisciplinar, pero obviamente no devuelve resultados de calidad (salvo muy contadas excepciones). Es hora de que el fotógrafo haga alianzas con profesionales de las especialidades complementarias para poder salir con un buen producto sobre todo a nivel internacional. Por otra parte es importante que los proyectos sean sustentables, algo que en general los autores no tienen mucho en cuenta ( y no deberían tenerla si otro profesional se encargara de eso). El fotolibro no es más que otro lenguaje expositivo, distinto a la sala de exhibición por supuesto, pero jugando un papel muy similar que es el de difundir una obra autoral, sea esta parte de un proyecto, una colección o una retrospectiva. Como tal tiene sus mismas dificultades, el fotógrafo no puede imprimir, enmarcar, montar, iluminar y abrir la sala… en el fotolibro pasa lo mismo, no es imprimir y poner una tapa, hay que conocer de preprensa, papeles, tecnologías de impresión, diagramación, tipografía, terminaciones, encuadernados, distribución y logística entre otras cosas.
Esto está en proceso de crecimiento y de entendimiento en nuestro medio local, gracias a los talleres, concursos y acceso a material internacional (CDF, Fotoclub, Photobook Club, etc.) se está expandiendo y profesionalizando este lenguaje de manera muy rápida.
8 – ¿Qué es para vos una ¨buena¨ foto?
Podríamos abrir la carta de teóricos que hablan sobre los significados de la imagen y el goce estético… pero voy a responder algo más personal de forma simple: cuando me hubiese gustado ser su creador.
9 – ¿Qué le recomendarías a los fotógrafos que quieren imprimir su trabajo?
Que no hay misterio, es tinta sobre papel. Que es un camino de ida. Las copias valorizan su trabajo y son una parte fundamental del proceso. La fotografía nació con originales físicos, en placas y después en papel y aunque la digitalización permite una accesibilidad inigualable, la copia impresa hace tangible nuestro trabajo. Con respecto a los costos, un colega defensor de las copias me expresó su pensamiento hace poco: “Hay fotógrafos que les parece caro e innecesario imprimir sus fotos, sin embargo gastamos miles de dólares en equipos con muchos megapixels y sensores que ven lo que el ojo humano no ve…para terminar muchas veces en imágenes en baja calidad destruidas por las redes sociales, o lo que es peor en archivos numéricos perdidos en sevidores que uno nunca más ve”… Hay un alto grado de veracidad en esto, fruto de que los fabricantes de cámaras, ópticas y accesorios no les interesa demostrar sus resultados con copias exigentes si no con especificaciones técnicas vacías que compiten entre sí sin una función tangible. Decidirse por un equipo cientos de dólares más arriba que otro por ver un “review técnico” que define mejor al 500% de zoom.. sin pensar en exigir en un tamaño físico real las características que pagamos , …es decir.. muchas veces compramos humo muy caro… (al menos saquémosle el jugo).
No se van a arrepentir de copiar, ¿Les dije que es un camino de ida?.
10 – Recomendanos una peli, un plato de comida, un libro, un fotógrafo…
Blade Runner, tortilla de papa, Fahrenheit 451, Federico Rubio.
Texto intro/video/foto portada: Invernizzi.uy Fine Art Printing